Hace días me olvidó,
dejándome también herido el corazón.
En la tristeza mayor
la huella de un dolor
reclama un querer...
Mujercita, en mi aflicción
dispuesto te esperé
y lágrimas vertí.
Tan solo obtuve de ti
caprichos de una mujer.
Late un corazón, pausadamente, al recordar aquellos días
que, abrazados, me decías:
“Negro, tu vida es mi vida y antes moriría
y no lejos de ti...”
Desde entonces, fueron para mí henchidas frases de pasión
que al rechazar tu corazón... ¡Sí!
entre el perfume de azahares y son de violines
un beso te di.
En tus brazos hasta ayer,
perdido en las caricias de un gran sueño azul.
Sueño que en la realidad
tal solo obscuridad
extiende su tul...
En tus brazos hasta ayer,
efímero fugaz
me resultó el placer,
en tu pecho otro querer
en tus labios falsedad.